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jueves, 9 de mayo de 2013

El regreso de Don Quijote, Chesterton



El autor, G.K Chesterton, nacido en Londres en mayo de 1874, fue un gran escritor británico de principios del siglo XX. Le solían apodar como “príncipe de las paradojas” ya que su personaje más famoso, el Padre Brown, aparece en más de cincuenta historias que se reúnen en cinco volúmenes publicados entre 1911 y 1935. Entre sus géneros más destacados está el ensayo, la lírica, el periodismo y la narración.
El regreso de D. Quijote, culmina una etapa de la obra de Chesterton del llamado” periodo quijotesco”. Su punto de partida es el ensayo llamado La divina parodia de D.Quijote en 1901 en la que el autor interpreta la novela de Cervantes como una escenificación de la lucha o combate entre idealismo y realismo, defendiendo la cordura del caballero, la del sentido común y lucha contra la locura del mundo que aceptamos por canónico. Comenzó a publicarse por entregas en el semanario G. K.´s Weekly el 12 de diciembre de 1925 y el autor continuó editando hasta el mes de noviembre de 1926. 
La obra es la última variación sobre la figura de Cervantes, al que había hecho alusión ya en ocasiones anteriores. El personaje cervantino es el símbolo de la sociedad como motivo de aspiración a la justicia. Los temas de los que trata fundamentalmente son el rechazo a la situación histórica intolerable y la fe en que es posible un futuro mejor. La obra versa sobre la capacidad de los personajes hacia las cosas persistentes, a seguir animando a la gente a que siga algo con fundamento. Durante la trama aparecen dos movimientos en los que se explica el sindicalismo coordinado y la defensa de condiciones dignas de trabajo para los mineros. 
Los personajes que forman la trama buscan las reformas sociales y se basan en algunos de los modelos de revolución que plantea Chesterton en otras de sus obras que buscan mantener el inmovilismo. La novela no busca defender un pasado que para él está obsoleto y anticuado sino que su objetivo es recuperar una serie de valores utópicos que pueden devolver a la sociedad un modo de vida más sencillo y confortable. 
Chesterton en la gran mayoría de sus escrituras busca dar consejo a los utopistas buscando el trato con sus semejantes antes de decidirse a salvar la humanidad. En la obra  el líder sindicalista John Braintree, defensor del obrerismo, es un ejemplo del tipo de humanistas de los que habla el escritor londinense. Para él los seres humanos son criaturas que nunca hacen lo que se espera que hagan y la más perfecta de las utopías debería estar preparada para que alguno de sus miembros estuviera tentado a caer.
El autor intenta encarnar en la novela el núcleo de gente popular donde se enraiza, en palabras del propio Chesterton, todo lo valioso de un país. Fue un escritor muy prolífico además de un gran orador y quizá es uno de los puntos a su favor para que sus libros sigan teniendo tanto antes como en la actualidad una enorme repercusión y sigan leyéndose a pesar del paso del tiempo.

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