Social Icons

twitterfacebookgoogle pluslinkedinrss feedemail

jueves, 2 de mayo de 2013

Cien artículos de Azorín en la prensa, Verónica Zumárra


En esta obra podemos contemplar cien artículos que han sido recogidos y rescatados de Azorín y su relación con la prensa. Muchos de ellos están escritos de su puño y letra, obras que escribía fundamentalmente para el diario La Prensa de Buenos Aires. En el año 1929 se encuentra la primera referencia en la que Azorín emplea la máquina de escribir, anteriormente los tipógrafos realizaban la dificultosa labor de componer su letra.

A partir de 1916 los artículos de Azorín encontraron un primer lector americano. Su clara función periodística buscaba conquistar a un lector indeterminado, al habitante de la gran cultura hispánica. La primera colaboración de Azorín en La Prensa está fechada de marzo de 1916 hasta enero de 1951. La autora se centra en los primeros años por ser los más atractivos y menos explorados. Durante esos primeros años publicó 670 colaboraciones. Los años restantes aportan un total de 314 artículos. La mayoría de ellos no fueron recogidos en libros y por lo tanto no han vuelto a ver la luz.

El diario de Buenos Aires le brindó a Azorín las mejores páginas. La mayoría de ellos aparecieron en el suplemento literario del domingo. Antes de que existiera este suplemento se publicaban en los días hábiles. Debe ser objeto de estudio tanto para argentinos como españoles por su variedad de contenidos y calidad de técnica de impresión cuyos colores se mantienen intactos a pesar del paso de los años. 

Todos los artículos que se recogen en esta obra tienen características en común. Todos ellos pertenecen al primer período que transcurre de  1916 a 1936 y no tuvieron una segunda publicación. Los artículos debían responder a las características del “periodismo inactual”, término que inventó el propio Azorín refiriéndose a la necesidad de escribir no solo de tema de actualidad sino cual tema interesante para el ser humano. Esta inactualidad  es la característica sobresaliente de los artículos de Azorín publicados en la Prensa.

En todos sus artículos también observamos cierta espiritualidad y que logra que emocione y conmueve a l lector. Es notable la percepción del tiempo de escritura y el cambio con la adopción de la máquina de escribir. Otro ingrediente común es que Azorín siempre se remonta a un libro a un autor referente. En esta obra está divida su vida según temas con el fin de abordar el material abundante en: viajes, paisajes, política, crítica de autores clásicos y modernos, teatro, estilo, periodismo, y el verdadero culto que profesa por América.

Excelente información, distribución y columna editorial fueron los ingredientes que dotaron a La Prensa para llegar a ser unos de los periódicos más importantes del mundo. El autor alicantino formó gran parte de ello. Azorín con setenta años de vida productiva y más de ocho mil artículos publicados. En el plano profesional sostenía que un “periodista no debe cambiar jamás de periódico” y que tanto él como el director deberían de ser fieles a los lectores que el periódico ha sabido ganarse. 50 años en ABC y 35 años en La Prensa fueron suficientes para alcanzar este pensamiento. 

Azorín creía que en el siglo XX las grandes empresas periodísticas irradiaban la luz cultural y por lo tanto un director de medio tendría más repercusión que un ministro. Pero lo más importante es la labor que concede a un colaborador de un periódico, consideraba que eran ellos quienes le daban el sentido. Uno de los artículos más significativos sobre este ámbito es “Sobre la vejez del periodista” de 1933.

Esta obra también otorga una especial mención a Francisco Grandmontagne. Fue la persona que hizo posible que los argentinos leyeran las colaboraciones de Azorín.  Otros intelectuales que también tienen su hueco en esta obra y que la tuvieron a lo largo de la vida del autor fueron Unamuno, Maeztu o Pío Baroja. 

Por otro lado un especial recuerdo por los clásicos del siglo XVI y XVII. El autor los aborda con libertad, originalidad y erudición. También postulaba que la amenidad debía ser la primera virtud de un periodista. Algunas de su referencias clásicas más importantes son: “La evolución del Quijote” con sus referencias a Cervantes, “Garcilaso” donde realiza una crítica directa a Marcelino Menéndez, “Góngora Club” que propone un acercamiento al poeta cordobés, “Francisco de Quevedo” en el que hace una valoración del artista como un gran solitario. Y también oraciones cortas dedicadas a Lope de Vega. 

En cuanto a los modernos esta obra se retiene relatando las figuras del siglo XIX en opiniones de Azorín tituladas como “El centenario de Pereda” y “El centenario de Pedro Antonio de Alarcón”, ambos tienen la misma base ideológica. Como se puede controlar la base de la mayoría de sus artículos son políticas pero por el contrario no trata temas manifiestamente políticos. Su paisaje retratado es siempre rural y urbano con el propósito de desentrañar un misterio. Esta obra también realiza un recuerdo a los viajes del escritor por Francia. Azorín hizo referencia de ellos tanto en sus artículos para ABC, como en La Prensa y en su obra “París Bombardeado”. 

Azorín otorga grandes capacidades al teatro y lo consideraba como el instrumento que más ayudaría a expandir el espíritu español en América. Sus artículos en este tema son numerosos, algunos de los más destacados son: “En torno a la crisis teatral” y “El teatro en España”. 
Los cien textos seleccionados se estructuran en diez grandes apartados en los que se abordan aspectos variados y muy representativos de estas tres décadas y media de colaboración ininterrumpida. Pese a la originalidad de algunas de sus novelas más celebradas, existe un amplio consenso entre los especialistas a la hora de admitir que el género en el que mejor se reveló el genio azoriniano fue el del artículo periodístico. “Cien Artículos de Azorín en la Prensa” es testigo de ello. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario